Hicimos trampa… le preguntamos a Chat GPT que nos diera una frase muy enganchadora para definir por qué un gato puede ser un gran maestro espiritual y salió esta: “La gratitud es la memoria del corazón”.  

Lo que nos pareció más hermoso de esta frase es que nuestro propósito de Marca en Guamba es promover y celebrar la gratitud por la lealtad que existe entre humanos y mascotas. Y en el marco de esto, por el mes de los gatos, hoy queremos hablar un poco sobre por qué un gato puede convertirse en uno de tus más grandes maestros espirituales.

Y es que como dijo YuvalHoah Harari, “El ser humano es el único animal que puede creer en cosas que existen solo en su imaginación”. Nuestras mascotas no crean historias en sus mentes, ni chismes, ni cuentos, ni excusas. Ni siquiera se preocupan por tener un color preferido. Ellos no se ponen tristes porque no pudieron cazar un ratoncito, ni se preocupan por el mañana. Ellos habitan el momento, con atención plena y poderosa aquí y ahora. Su forma de estar en el mundo es una invitación a que tú también lo estés.

Lo más lindo es invisible a la vista 

Los gatos, y debemos aprender eso, encuentran belleza en lo simple. Ellos pueden pasar horas observando una planta moverse con el viento o escuchando un pequeño sonido. Nos enseñan que no necesitamos mucho para sentirnos alegres o tranquilos. Para ellos, cada instante puede ser sagrado si se vive con atención.

El amor gatuno no es dependiente 

Otra cosa fascinante de la espiritualidad de los gatos, es que ellos saben decir “no” sin culpa. Te enseñan que está bien alejarte cuando necesitas tu espacio, que el amor no significa disponibilidad constante. Son maestros del autocuidado. Y eso, en un mundo saturado, es espiritualidad pura.

Calma en su presencia 

Asimismo debes notar que los gatos son guardianes de tu energía. Hay quienes creen que los gatos absorben la energía negativa o que se acomodan cerca de ti cuando estás triste por una razón. Más allá de creencias, es innegable que su sola presencia trae calma. Son compañeros incondicionales.

Amar es no necesitar

Un gato no te sigue por obediencia, sino por decisión. Y ese amor voluntario, que se da sin exigencias ni ataduras, es un ejemplo del amor consciente. Nos recuerda que el vínculo más fuerte es el que se elige.

Más allá de lo que creemos haber aprendido

Tal vez tu gato no hable, no te dé sermones ni predique,  pero si lo observas con atención, cada uno de sus movimientos es una enseñanza sobre presencia, libertad, equilibrio y amor real. Tal vez no vino a ser tu mascota, sino tu guía. Y si lo miras con gratitud, lo sabrás.

Anótalo en un post-it

Estas son las enseñanzas, que en Guamba hemos encontrado, a las que más atención debemos prestarles: 

• Siempre están en el presente, aquí y ahora.

• Encuentran belleza en lo simple

• Saben poner límites

• Acompañan sin condiciones 

• Su naturaleza es amar desde la libertad

Los que tenemos gatos o perros en nuestras familias, tenemos un maestro espiritual, son un regalo del universo que nos eligieron porque tenemos algo que aprender de ellos, de su naturaleza amorosa, transparente y verdadera.